Esteban, el primer mártir de la iglesia.

Lectura Bíblica: Hechos 6:8-15. 
Texto Bíblico: Hechos 6:8. 
Himnos: 290 – 269.
Lucas, destaca el breve ministerio del primer mártir de la iglesia, narra su muerte fijándose especialmente en el modo con que Esteban siguió al Maestro, en las palabras y en las obras. Entra en debate con judíos Helénicos de diferentes sinagogas, no pudiendo refutar sus argumentos optaron por la violencia.
  1. Un hombre irreprensible. Ref. Hch. 6:3.
  2. Había sido escogido para servir a la iglesia. Ref. Hch. 6:5.
  3. “Lleno de gracia y de poder”, había hecho “grandes prodigios”. Ref. Hch. 6:8.
  4. Nadie pudo resistirse “a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba”. Ref. Hch. 6:9-10; Mt. 10:19-20; Lc. 21:15.
    Nota: la palabra sabiduría aparece cuatro veces en el libro de los Hechos.
    1. Dos en conexión a Esteban. Ref. 6:3, 10.
    2. Y dos en su discurso ante el Sanedrín. Ref. 7:10, 22.
  5. Levantaron falsos testigos. Ref. Hch. 6:11, 13, 14. Al igual que Jesús. Ref. Mt. 26:59-61.
  6. Sus enemigos instigaron al pueblo, a las autoridades civiles y los maestros de la Ley, utilizando la violencia, contra él. Ref. Hch. 6:12.
    Nota es la tercera vez que el alto tribunal de Israel trae a juicio a los seguidores de Jesús de Nazaret: Pedro y Juan, a los doce apóstoles y ahora a Esteban.
  7. Esteban era un hombre con la unción de Dios. Ref. Hch. 6:15.
  8. La solidez de argumentos y sus acusaciones enfurecieron a sus oyentes. Ref. Hch. 7:54 (gestos de odio y cólera).
  9. Su visión con respecto a Jesucristo lo llevo a la lapidación. Ref. Hch. 7:57-58.
  10. Esteban fue fiel hasta la muerte. Ref. Stgo. 1:12.

CONCLUSIÓN

Esteban, con la sabiduría irresistible que Jesús había prometido a sus discípulos, expone sus argumentos, no teniendo contraposición bíblica sus contrincantes optan por levantarle falso testimonio y que sea juzgado por el sanedrín, donde se le declara blasfemo contra la ley y contra Dios, es sentenciado a muerte por lapidación, de acuerdo a la ley de Moisés.

El verdadero seguidor de Cristo, debe estar capacitado para argumentar bíblicamente las enseñanzas de Jesús y tener asumido que su vida depende de las decisiones de Dios. Cipriano de Cartago, dos siglos después de este suceso escribió: “el martirio no depende de ti, sino que depende de la elección de Dios”.