No tener más alto concepto de sí.
En cuanto a nosotros mismos, tenemos que pensar con sobriedad y no inflarmos con una idea irreal y exagerada respecto a nuestra importancia y superioridad. No debemos tener un concepto elevado, altivo, excelso de nosotros mismos, sino que debemos vernos como Dios nos ve.
- El Espíritu de Dios transforma a la imagen y semejanza de Cristo. 2 Co 3:18; Ro 8:29.
- Si somos como Cristo, entonces debemos ser humildes. Mt 11:29; Fil 2:5-8; Stgo 4: 6; Pe 5:5.
- Si se piensa ser algo; Dios dice que somos nada. Is. 40:23; 41:24; Gá. 6:3, 4.
- Si se piensa ser algo importante, sin Dios somos igual a nada. Pr. 10:20.
- Dios en su gracia, puede hacer algo de nada. Gé 1:1; He 11:3; 1 Co 12:6.
- Dios es que produce el hacer como el querer. Ef 1:11; Fi1 2:13.
- En el cuerpo de Cristo todos cumplen funciones. 1 Co.10:17, 12:11-12; Ef. 4:11-16.
CONCLUSIÓN
El creyente que tiene un concepto muy elevado de sí mismo, se compara con otros y se exalta por encima de otros, creyéndose más importante que otros. Pablo quiere que los Romanos entiendan que cada creyente tiene un lugar especial en el cuerpo de Cristo y que tiene un don especial dado por Dios para el beneficio de todo el cuerpo.
