Señales y prodigios.

Lectura Bíblica: Hechos 5:12-16. 
Texto Bíblico: Mateo 17:20. 
Himnos: 308 – 190.
Estamos frente al tercer y último resumen de Lucas, que hace en forma general, aunque en esta sección algunas afirmaciones resultan contradictorias y la fluidez del pensamiento no es natural, pero es una transición a los incidentes que vienen en la narración de Lucas.
  1. Lucas narra los numerosos milagros y prodigios, centrándose en los apóstoles en general. Ref. Hch. 5:12, 15, es una repetición del 2:43.
  2. Es la respuesta a la oración que en este sentido habían hecho al Señor. Ref. Hch. 4:30.
  3. Las reuniones solían tenerse en el “pórtico de Salomón” Ref. Hch. 5:12, lugar preferido para reuniones públicas de carácter religioso. (Hch. 3:11).
  4. Habían algunos que no se atrevían a unirse a los apóstoles (esta declaración es ambigua). Ref. Hch. 5:13.
    1. Podrían ser personas de cierta posición, que se mantenían apartados por miedo al sanedrín. Ref. Hch. 4:17-18; 5:28.
    2. Contrastando con la masa del pueblo, que abiertamente se mostraba bien dispuesta. Ref. Hch. 5:13.
  5. Lucas ya deja de usar números (Hch. 2:41; 4:4), cita cifras indeterminadas. Ref. Hch. 5:14. Empieza a declarar en forma abierta que las mujeres se unen a la iglesia. (Hch. 8:3, 12; 9:2, 13:50).
  6. Las razones del crecimiento. Ref. Hch. 5:15. No solo enfermos físicos, también poseídos (Hch. 5:16).
  7. La fama sale fuera de Jerusalén. Ref. Hch. 5:15, dando ocasión a que la iglesia comience a extenderse por Judea.

CONCLUSIÓN

Lucas mediante este sumario destaca el gran respeto que los habitantes de Jerusalén tenían a la comunidad cristiana. La repentina muerte de Ananías y Safira provoca mucho temor, no solo en los creyentes como en el pueblo que sabe el caso; a la vez, los apóstoles en general efectúan muchos milagros y prodigios, no solo se sanan enfermedades sino también a los poseídos de demonios, incluso la sombra de Pedro al proyectarse sobre los cuerpos de los enfermos es suficiente para sanarlos, atrayendo un gran número de hombres y mujeres; todo esto en consecuencia “del segundo avivamiento” que produce impacto en la iglesia como en la sociedad (Hch. 4:29-31).