Cuan hermosos son los pies (Parte 1).
Muchas iglesias y muchos cristianos hoy han dejado de predicar, escudados en muchas posturas humanas y no obedeciendo al mandato del Señor. Predicar el evangelio se nos impone como una necesidad, y una bendición ¡Ay de mi si no lo hago!
- Lo primero es que crean. Ro.10:14a.
- Los que no creen. Núm. 14:11; Lc 20:5.
- Los que creen. Mr.9:23; Mt 21:32,
- Llamados a creer en el Señor Jesucristo. Jn 6:68-69; Hch. 8:37, 16:31.
- No pueden creer si no oyen. Ro. 10:14b, Oír la palabra de Dios. Ro.10:17; He.2:1-4.
- No pueden oír, si nadie lo anuncia. Ro. 10:14c,
- Predicar el evangelio. Mr 1:14-15;
- Es un deber: Sal 68:11; Mr.16:15.
- Misión encomendada.
- ¡Ay de mí! si no lo hago.
- Predicar tiene galardón. 1 Co. 9:16-18.
- Predicar el evangelio. Mr 1:14-15;
CONCLUSIÓN
En los cielos hay millones que dan gracias a Dios por los pies hermosos del hermano que trajo a su pequeño rincón del mundo las buenas nuevas de la salvación. Sino hubiera sido por él, quizás ellos no estarían allá.