La liberación del pecado.
Pablo no dice que cada creyente tome ventaja de su libertad de la soberanía del pecado y se vuelva esclavo de Dios. El aspecto positivo puntualiza la capacidad del hombre libre, para encontrar el gozo de vivir en comunión con Dios y recibir las bendiciones divinas:
- Libertados del pecado.
- De su esclavitud. Ro. 6:17-18.
- De toda potestad de las tinieblas. Col. 1:13. |
- Limpiados de mala conciencia. He. 10:22.
- Lavados, santificados, justificados. 1Co. 6:11.
- Purificados los pasados. 2 Pe.1:9; Ro. 3:25.
- Salvos de la ira de Dios por Cristo. Ro. 5:9-11
- Sanados. 1 Pe. 2:24.
- No estamos bajo condenación. Ro.8:1-2.
- Hechos siervos de Dios y de Cristo. Ro 6:22..
- Consecuencias de persistir en el pecado.
- Entristece a Dios. Gn. 6:5-7.
- Corrompe y condena. Tito 1:15.
- Trae culpabilidad. Sal. 51:3-4.
- Trae separación de Dios. ls. 59:1-2.
- Trae juicio y castigo eterno. Mt. 25:46.
- Trae falta de esperanza. Ef. 2:12.
- Ceguera y muerte espiritual. 2 Co. 4:4. Ef 2:1.
- Acciones para vencer el pecado.
- Andar en novedad de vida.
- No permitir que reine en nosotros.
- Servir a Dios y a su justicia.
- Vivir en santificación. Ro 6:4-22.
CONCLUSIÓN
Un cristiano no puede persistir en el pecado, porque con su actitud negaría el propósito por lo cual Jesucristo vino a la tierra; persistir es negar a aquel que lo llamo de las tinieblas a la luz admirable. Uno que ha nacido de nuevo, no practica pecado; porque la simiente de Dios permanece en Él.