Llamados a ser de Jesucristo.
El “llamado” tiene el sentido de “designado, apartado” por la acción de Dios, para un oficio especial.
- Dios nos llamó:
- De las tinieblas a la luz admirable. 1 Pe. 2:9.
- Mediante el evangelio. 2 Tes. 2:14.
- A su gloria eterna en Jesucristo. 1 Pe. 5:10.
- Jesús realiza el llamamiento divino. Mt. 9:13. Para hacer conforme a sus propósitos. Ro. 8:28.
- Llamados a la Santidad. Ro.1:7; 1 Co. 1:2.
- Dios es santo. 1 Pe. 1:15-16.
- Santificados por la ofrenda del cuerpo de Cristo. He. 10:10;1 Tes. 5:23-24.
- No descuidar el llamamiento de Dios. 1 Pe. 1:15-16.
CONCLUSIÓN
Todos los que han respondido al mensaje del evangelio para aceptar a Cristo son llamados. La esencia del llamado es servir al Señor en obediencia, siendo santos como Él lo es. 2 Ts. 1:11.