Pablo en el Templo de Jerusalén.
Los alborotadores tuercen la verdad para asegurar que las cosas se hagan a su manera, estos eran judíos asiáticos, que estaban asistiendo a la fiesta de Pentecostés. Atacaron a Pablo en el Templo, procuraron matarle e incitaron al pueblo por asuntos rituales y religiosos.
- Judios venidos de Asia, alborotan el Templo.
- Se lanzaron contra Pablo. Ref. Hch. 21:27b.
- Le acusaron de estar apartando a los judios de la ley y añadieron la acusación incierta de que había profanado el templo. Ref. Hch. 21:28.
- Los judíos Helénicos acusaron a Esteban de hablar contra la Ley. Ref. Hch. 6:11, 13-14.
- Los judíos de Asia acusan a Pablo de enseñar contra la ley y del templo. Ref. Hch. 21:28.
- Debido que habían visto a Trófimo con Pablo en la ciudad. Ref. Hch. 21:29.
- Hubo un alboroto general en la ciudad. Ref. Hch. 21:30a.
- Arrastraron a Pablo fuera del Templo. Ref. Hch. 21:30b
- Cerraron las puertas del Templo. Ref. Hch. 21:30c. Esta frase tiene un significado simbólico.
- Pablo y su credo son expulsados de su fe judia.
- Es el momento en que el templo de Jerusalén deja de cumplir el papel que Dios le habia dado, debido a que ha excluido el mensaje y al mensajero de Dios.
- En este episodio el Templo ha sellado su destino: su destrucción. Ref. Lc. 21:6.
- Procuraron matarle. Ref. Lc.21:31a.
- Si la gente hubiera matado a Pablo en el sagrado suelo del templo, su sangre lo habria contaminado. Ref. 2 Re. 11:15-16: 2 Cr. 24:21.
- La cohorte romana de la ciudad acudió a las inmediaciones del Templo. Ref. Hch. 21:31b-32a.
- El que estaba a cargo de una cohorte era un “quiliarco”, uno cargo de mil hombres.
- El nombre de este “quiliarco” (tribuno) era Claudio Lisias, Ref. Hch. 23:26.
- Los judíos al ver acercarse a la cohorte dejaron de golpear a Pablo. Ref. Hch. 21:32b.
- El tribuno Claudio Lisias ordeno apresar a Pablo, indagando sobre la situación en forma reiterada sin una respuesta satisfactoria. Ref. Hch. 21:33-34.
- La profecía y demostración de Agabo se había cumplido. Ref. Hch. 21:10-11.
- Con su intervención, el tribuno Claudio Lisias había salvado la vida de Pablo.
- Era tal el caos reinante, que ordenó llevar a Pablo a la fortaleza Antonia. Ref. Hch. 21:34.
- Para interrogar a Pablo en forma personal. Ref. Hch. 22:27-28.
- La multitud estaba enardecida. Ref. Hch. 21:35-36
- La multitud grito contra Jesús. Ref. Jn. 19:15; Lc. 23:18.
- Pablo pudo afirmar la verdad de las palabras de Jesús. Ref. Mat. 10:24; Jn. 13:16.
CONCLUSIÓN
En varias ocasiones se permite que el ritual y las costumbres ocupen el lugar de Jesucristo en la iglesia, algo que nunca debe hacerse. Los judios se dejaron llevar por su celo religioso, éste les llevo a actuar como carnales, aun buscando la muerte de su oponente, en esta ocasión Pablo, antes había sido Esteban y Jacobo el Menor.