Apolo.
Su nombre Apolonio. Priscila y Aquila, reconocieron el esplendor de un discurso mesiánico y notaron que en la mente de Apolo ya se nabía insinuado la luz de Cristo: había oído hablar de Él, y lo anuncia a los otros. Pero le falta conocimiento, para alcanzar del todo la fe, y amar con mayor profundidad al Señor Jesucristo.
- Era natural de Alejandría, muy instruido, experto en las Escrituras. Ref. Hch. 18:24.
- Había sido instruido en las cosas del Señor, con celo hablaba de Jesús y solo conocía el bautismo de Juan. Ref. Hch. 18:25.
- Hablaba ardientemente en la sinagoga de Éfeso. Ref. Hch. 18:26a; Ro. 12:11.
- Los judíos de Éfeso:
- no habían rechazado el evangelio y habían solicitado a Pablo quedarse por más tiempo. Ref. Hch. 18:20.
- Habían recibido a Priscila y Aquila. Ref. Hch. 18:19.
- Priscila y Apolo lo discipularon en Éfeso. Ref. Hch. 18:26b.
- Viajó a la región de Acaya, en la cual ejerció una gran labor. Ref. Hch. 18:27.
- Refutó en público a los judíos, demostrando que Jesús era el Cristo. Ref. Hch. 18:28.
- Su labor en Corinto fue muy valiosa e influyente. Ref. Hch. 19:1a; 1 Co. 12:3, 4; 3:5-6; 4:6.
- Su visita a Creta. Ref. Tit. 3:13.
- Pablo lo amaba y añoraba su compañía y ministerio dentro de la iglesia. Ref. 1 Co. 16:12.
CONCLUSIÓN
En ausencia de Pablo, los judíos de Corinto ganaron influencia sobre los cristianos con su interpretación de las Escrituras; cuando llegó Apolo los confrontó públicamente y probó que Jesús era el Cristo. La providencia de Dios suplió la ausencia de Pablo enviando un varón elocuente en las Sagradas Escrituras como era Apolo. Dios siempre suple nuestras necesidades, tanto espirituales como materiales.