Pedro en casa de Cornelio.

Lectura Bíblica: 10:23 – 33.
Texto Bíblico: Hechos 10:33.
Himnos: 426 – 435.
La primera parte del capítulo 10, Lucas narra que Dios propicia el encuentro entre Cornelio y Pedro; a través de la visión rompe los prejuicios religiosos y étnicos de Pedro; además le ordena relacionarse con los gentiles. Pedro se da cuenta del paso trascendental para la iglesia, por lo que lleva como testigos a judíos cristianos de Jope; a su vez Cornelio consciente de lo que va a suceder invita a parientes y amigos más cercanos a su casa.
  1. Pedro sale para Cesarea.
    1. Junto a los tres enviados de Cornelio. Ref. Hch. 10:7, 23b
    2. Acompañado por seis hermanos de Jope. Ref. Hch. 10:23b, 11:12.
    3. El viaje duraba dos días aproximadamente. Ref Hch. 10:24a.
    4. Cornelio le estaba esperando con parientes y amigos íntimos. Ref. Hch. 10:24b.
  2. El recibimiento de Cornelio.
    1. Le recibe como una autoridad, a pesar de su rango militar. Ref. Hch. 10:25. En la antigüedad era costumbre tributar homenaje a una persona importante y postrarse a sus pies.
    2. Intenta rendir culto a Pedro como a un enviado divino; Pedro se lo prohíbe. Ref. Hch. 10:26; Ap. 19:10; 22:8-9.
    3. Los mandamientos ordenan adorar sólo a Dios. Ref. Ex. 20:3-4; Dt. 5:7-8.
  3. Pedro se relaciona con gentiles, a pesar que es abominable para un judío. Ref. Hch. 10:27-29.
    1. Abominar: significa “condenar y maldecir a personas o cosas por malas o perjudiciales”. En griego la palabra es azemiton que significa “prohibido”, “repugnante”.
    2. Estaba prohibido por Dios. Ref. Esd. 10:11.
    3. Tenían prohibido de compartir la mesa. Ref. Hch. 11:2-3.
    4. Reconocían a los gentiles que se convertían al judaísmo. Ref. Is. 56:3-7.
    5. Pablo escribe, años más tarde, que Dios mismo ha quitado la barrera social.
  4. Cornelio relata la visión a Pedro. Ref. Hch. 10:30-33.

CONCLUSIÓN

La vacilación de Pedro contrasta con la ansiedad de Cornelio; la animosidad del centurión se demuestra en los preparativos que realiza para recibir a Pedro en su casa. Si éste no hubiera tenido la visión se habría dejado llevar por sus prejuicios para impedir su visita a casa de gentiles
romanos, justifica su presencia al señalar que Dios le había mostrado que a ningún hombre debe llamar común o inmundo; asombra la renuencia que aún mantiene al decir “Así que pregunto: ¿Por qué causa me habéis hecho venir?”. Antes de juzgar a Pedro por su actitud, debemos preguntarnos si estamos dispuestos a correr el riesgo del desprecio por dejar las costumbres sociales