Parénesis al arrepentimiento II.
Pedro les está recordando a sus oyentes lo que ya habían aprendido. Sabian que vendría un Mesías. Sabían de Moisés y de la promesa de Abraham, pero en lugar de poner atención a las Escrituras (Jn. 5:39) ellos hicieron su propia imagen de cómo serían las cosas, en lugar de abrir los ojos y ver cómo las desarrollaba Dios.
- Las profecías del A.T. tienen una consumación espiritual presente en la iglesia. Ref. Hch. 3:24; 1 Sa. 3:19.
- Lucas nos da un resumen del mensaje de Pedro. Ref. Hch. 3:25-26.
- Los judíos son receptores de las profecías como herederos de los Profetas. Ref. Hch. 3:25a.
- La Palabra fue confiada al pueblo judío. Ref. Ro. 3:2; 9:4.
- Lo cual fue confirmado por el pueblo de Israel en los días de Moisés. Ref. Ex. 24:3-8.
- A través de ellos todos los pueblos son bendecidos. Ref. Gn. 12:3; 22:18; Hch. 3:25b.
- Dios designó a su siervo (Jesucristo):
- para bendecir al pueblo. Ref. Hch. 3:26b.
- el propósito de la bendición: es que se arrepientan y se salven. Ref. Hch. 3:26c, 19.
- La reacción del sanedrín. Ref. Hch. 4:1-3.
- Lucas hace un balance del suceso, como en otras partes del libro. Ref. Hch. 4:4; 5:14; 6:7; 11:24.
- Lucas volverá a mencionar el Pórtico de Salomón, donde los apóstoles cumplían un poderoso ministerio. Ref. Hch. 5:12.
CONCLUSIÓN
En este mensaje, pronunciado ante el pueblo de Israel, lo importante es el reino y no la iglesia; lo nacional y no lo individual. Dios es paciente en misericordia sobre Israel, para que reciban al glorificado Señor Jesús como Mesías y así precipitar la venida del reino de Cristo sobre la tierra.