Señales y milagros: la curación del cojo.

Lectura Bíblica: Hechos 3:1-11. 
Texto Bíblico: Hechos 2:43. 
Himnos: 363 – 38.
Es posible que en este pasaje biblico encontremos el primer milagro de la iglesia o una prueba más significativa de Lucas por lo escrito en Hch. 2:43. Pedro y Juan subían la colina del Templo para entrar en él y unirse a los demás en la hora de oración vespertina, la hora nona (alrededor de las 3 p.m.). Era la hora del sacrificio vespertino, con sus largos ritos, que duraba desde que el sol empieza a declinar hasta el ocaso.
  1. El poder manifestado, era promesa del Maestro. Ref. Marcos 16:17.
  2. Respaldo de los apóstoles:
    1. Recibieron autoridad para predicar arrepentimiento y perdón en el nombre de Jesús. Ref. Lc. 24:47.
    2. Recibieron el Espíritu Santo en el nombre de Jesús. Ref. Jn. 14:26.
    3. Recibieron poder divino y autoridad para realizar milagros. Ref. Hch. 3:6; 14:10.
    4. Mantenían una íntima relación con Dios. Ref. Hch. 3:1.
  3. La vida del paralitico:
    1. Cojo de nacimiento. Ref. Hch. 3:2a.
    2. Imploraba la caridad pública alrededor del Templo. Ref. Hch. 3:2b
    3. De edad de cuarenta años. Ref. Hch. 4:22.
  4. Dios impacta y transforma nuestra vida.
    1. Los apóstoles actuaron por fe. Ref. Hch. 3:4; Mr. 9:23.
    2. El ofrecimiento del camino de la fe: Jesucristo de Nazaret. Ref. Hch. 3:6.
    3. El poder de Dios en acción. Ref. Hch. 3:7; Mt. 19:26.
    4. La sanidad se efectuó, porque Jesús había sido glorificado. Ref. Hch. 3:13.
  5. El obrar de Dios en nosotros es un testimonio para el mundo. Ref. Hch. 3:8-10.
  6. La reacción del pueblo al ver el milagro. Ref. Hch. 3:11.
  7. Las autoridades judías tuvieron que admitir el milagro. Ref. Hch. 4:16

CONCLUSIÓN

Dios tiene maravillosos planes para cada uno de nosotros. Nada puede impedir que Él se glorifique en nuestra existencia, sile abrimos las puertas del corazón. En el caso del paralítico que se sentaba junto al templo, él pensaba seguir como hasta ese momento, sumido en la inactividad y dependiendo de la mendicidad. Sin embargo, cuando el poder de Cristo entra en acción, todo cambia, dentro de nosotros y alrededor.